Había nacido Gotardo -o Godofredo- en Baviera, y no disponemos de datos que se refieran a su niñez. Se le conoce ya con datos fiables cuando en el 990 era monje benedictino en Nieder Altaich y, más tarde, abad electo de la abadía de Altaich.
Recorrió diversos monasterios de las regiones del Rhin, introduciendo la disciplina que devolvía toda su pureza original a la regla de san Benito, un tanto relajada en muchas comunidades, y con justicia puede ser considerado como uno de los reformadores más conspicuos de su época.
Su labor pastoral no quedó agotada en las piedras por mucho arte que pudiera sacarse de ellas. Se esforzó igualmente en arbitrar medios que facilitaran la enseñanza de la juventud, proporcionó al pueblo sencillo escuelas y hospitales, y fundó asilos para pobres. Quizá sea por este trato directo con la enfermedad que intentaba aliviar en los dolientes, por lo que se le acostumbra a invocar entre sus muchos devotos en Austria y Prusia contra la gota y los reumatismos. De todos modos, ha pasado a la historia sobre todo como un gran obispo constructor.
************
Publica: Coordinación de Prensa y Comunicaciones Canal Cristovisión
Fuente: Leamos la Biblia