Tras el Ángelus del domingo, el Santo Padre pidió la liberación incondicional de todas las personas secuestradas en este país, luego del anuncio del Ejército de Liberación Nacional de renunciar a los secuestros como parte de sus conversaciones en curso con el Gobierno Nacional.
El Sumo Pontífice aseguró que la liberación de los secuestrados "favorecerá un clima de reconciliación y paz".
A este llamado se unieron las Diócesis de Quibdó e Istmina-Tadó, en el departamento del Chocó, ante el reciente secuestro de los señores Jefferson Elías Murillo, Registrador delegado en el Chocó y su pariente Blyderson Arboleda Montañez, manifestando su rechazo ante este acto violatorio de los derechos humanos y pidiendo a sus captores la pronta liberación de estas personas para que, sanos y salvos regresen a sus hogares.
El comunicado concluye enfatizando que es necesario recordar que el secuestro es un delito que aún Colombia no logra superar y que atenta contra la libertad, la dignidad, la integridad y la tranquilidad, no solo de la persona que está directamente secuestrada, sino de sus seres queridos y de la sociedad en su conjunto.