Admirar y no envidiar, fórmula de vida

Seguramente más de una vez nos hemos sentido angustiados, tristes, con rabia o frustración por el hecho de no tener algo que el otro sí, esa sensación la conocemos como celos o envidia.

La sociedad de hoy nos ha hecho competitivos en exceso, en la mayoría de los casos las personas comparan sus logros con los del otro, opacando los nuestros. Muchas veces el no tener la casa “ideal”, un carro, o un acenso en el trabajo nos causa toda clase de sentimientos negativos.

¿Son necesarios los sentimientos negativos o sería más productivo alegrarnos por el otro y crecer de su mano? Ese mal sentimiento lo podemos trabajar y convertirlo en admiración para que los demás sean nuestro impulso, que sean ejemplo para nuestra superación.

Admirar es lo opuesto a envidiar, es lo más cercano al amor, es una especie de afición positiva que sentimos por alguien, este sentimiento nos ayuda a ir más allá y a hacer florecer lo mejor de nosotros para obtener nuestras metas. Admirar ayuda a superar nuestros obstáculos mentales, a ser mejores personas, amigos, hermanos y compañeros. Es un trabajo espiritual que requiere de ejercicio diario. El orar y pedirle a Dios que nos ayude a ser la mejor versión de nosotros. Si se lo pedimos al Señor con humildad y amor, nos ayudará a ser los mejores hijos y ejemplos de vida.

Por: Yuribeth Lobo.

Publica: Coordinación de Prensa y Comunicaciones Canal Cristovisión.

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Posted by carlosblanco