La hermana Carmen Vilches, originaria de la ciudad venezolana de Maracaibo, contó a ACI Prensa que su comunidad se enteró de la competencia un día antes, ya que “las jóvenes que están en formación querían promocionar en Cúcuta una galletitas para obtener recursos y les dijeron que las calles iban a estar cerradas porque habría una maratón”.
Las religiosas residen en la ciudad de Pamplona, en el departamento Norte de Santander, y pidieron permiso a la madre superiora para participar en el evento. Ella las autorizó, “siempre y cuando vistieran el hábito”.
Cuando fueron a inscribirse, descubrieron que “solo había un cupo disponible”. Entonces, la elegida para inscribirse fue Sor Carmen, que pertenece a la congregación desde hace siete años.
Sor Carmen explicó que el motivo fue “porque soy muy apasionada del deporte y las hermanas ya habían visto ese talento en mí, especialmente mi resistencia al momento de correr, trotar o jugar”.
Aunque nunca antes había participado en una maratón, la religiosa de 29 años comentó que cuando estaba en la escuela jugó voleibol y kickball.
En la comunidad “tenemos espacios para hacer deporte dos o tres veces por semana. Jugamos microfútbol, básquet, voleibol, ping pong (tenis de mesa) y montamos bicicleta”.
“Además, aquí en Pamplona tengo la oportunidad de salir en la ‘bicla’ (bicicleta) todos los días para hacer diferentes actividades”, indicó.
Esa actividad física constante le permitió correr los diez kilómetros del circuito de la maratón.
Cuando las religiosas inscribieron a la hermana Carmen “descubrieron que sí se podía participar con el hábito porque solo uno se tenía que poner una camiseta con el número asignado”.
Esto les permitió “promocionar la comunidad y mostrar a las personas que nuestra condición de religiosas no nos impide participar en este tipo de eventos”.
La religiosa venezolana dijo a ACI Prensa que correr en la maratón “fue una experiencia maravillosa y única, pues ya había recibido una motivación de parte de las hermanas, especialmente de la superiora Madre Ángela Angarita González.
“Ver a las personas apoyándome y diciéndome ‘vamos hermana’ me dio mucha alegría, porque no mencionaban a Carmen sino el hecho de ser religiosa. También me emocionaba pasar y dejar un olor a Dios por esas calles de Cúcuta”, expresó.
De los 1500 participantes, “llegué en el puesto 15° y los organizadores estaban contentos de que una religiosa participara con su hábito. El alcalde de Cúcuta nos dio un aporte económico de un millón de pesos para la comunidad”, contó la religiosa.
Agregó que le gustaría volver a correr en una próxima maratón.
Las Hermanas Trovadoras de la Eucaristía son una de las congregaciones más jóvenes de Colombia. Su labor apostólica se inició en el año 2006, con la autorización de Mons. Gustavo Martínez Frías, entonces Arzobispo de Nueva Pamplona.
Parte de su apostolado es en emplear el arte para evangelizar, ya que algunas de sus actividades son el teatro, la música, la danza, la poesía. En el año 2015 llamaron la atención de los colombianos porque comenzaron a desplazarse por la cale en bicicleta como una forma de cuidar del medio ambiente.
También realizan misiones en varias partes de Colombia afectadas por la guerrilla y la violencia, sobre todo a las poblaciones en la frontera.
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Publica: Coordinación de Prensa y Comunicaciones Canal Cristovisión
Fuente: ACI PRENSA