Mons. Castellucci narró su experiencia al diario Il Resto del Carlino a quienes comentó que tras presenciar el exorcismo “al ver la reacción” del endemoniado entendió la urgencia del caso.
El Prelado recibió la visita del exorcista que lo invitó a presenciarlo. “Ven -me dijo- porque este hombre está poseído hace mucho tiempo, acude a mí una vez por semana, y tu presencia, como obispo, puede influir”.
El 3 de julio del año 2015 Mons. Castellucci fue a una parroquia en Módena donde hacen los exorcismos. Allí estaban el exorcista y el endemoniado, un hombre de 50 años. Apenas entró el arzobispo, el endemoniado “comenzó a gritar ‘lárgate, lárgate de aquí, morirás mal’” y “después cayó en trance”.
“Luego pareció como si se hubiese despertado y en un instante clavó sus uñas en el dorso de mis manos. Su mirada era diabólica y las ofensas y maldiciones que profería eran irrepetibles”, narró el Prelado.
El poseso también “me dijo que moriría en un accidente de tránsito y mientras lo decía parecía satisfecho”.
Al respecto, Mons. Castellucci manifestó que “mi vida está en las manos del Señor Jesús y no en aquel diablo. No estoy preocupado por nada. La palabra de Dios enseña que las maldiciones son ineficaces. El diablo continúa maldiciendo, yo hago mi trabajo”.
Tras esta experiencia, el Arzobispo de Modena-Nonantola, señaló que no “excluye” la posibilidad de participar en otros exorcismos.
“Los mismo exorcistas italianos lamentan ser pocos. El Evangelio de Marco dice: ‘En mi nombre expulsaran demonios’”.
El Prelado resaltó asimismo que “es importante para un cristiano tener discernimiento porque muchos casos son de más competencia de un psiquiatra que un exorcista. Por ello también son muy importantes las oraciones de liberación”.
“Se tiene que establecer, a través del discernimiento si la persona solo está perturbada o está poseída. Hay una diferencia en efecto: si está poseída se recurre al exorcista, si solo está perturbada las oraciones de liberación ayudarán a que llegue pronto la curación”, explicó.
Ante la creencia actual de algunas personas de que el demonio es un “invento medieval”, Mons. Castellucci indicó que “están equivocados. Es suficiente presenciar un exorcismo para entender que el mal es una entidad específica que va más allá de la realidad”.