El país vive un momento delicado que implica grandes desafíos, por tanto, debemos recordar lo que nos dijo el Papa: “hay densas tinieblas que amenazan y destruyen la vida: las tinieblas de la injusticia y de la inequidad social; las tinieblas corruptoras de los interese personales o grupales, que consumen de manera egoísta y desaforada lo que está destinado para el bienestar de todos; las tinieblas del irrespeto por la vida humana….; las tinieblas de la sed de venganza y del odio…, las tinieblas de quienes se vuelven insensibles ante el dolor tantas víctimas.”
Colombia afronta graves problemáticas como: la corrupción; inequidad; una salud deficiente para los más pobres; la expansión de cultivos de uso ilícito, que el papa llamó “drama lacerante de la droga”; la incertidumbre frente a la implementación de los acuerdos con las FARC y las negociaciones con el ELN, así como el resurgimiento de otros actores que generan violencia; la polarización política del país; atentados contra la vida y la familia desde la manipulación ideológica en la educación, el ámbito legislativo y judicial; la inestabilidad socioeconómica; la difícil situación de campesinos, afrodescendientes y de nuestros hermanos venezolanos.
Los obispos recalcan el llamado del Santo Padre: “Es hora de sanar heridas, de tender puentes, de limar diferencias. Es hora de desactivas lo odios y renunciar a las venganzas y abriese a la convivencia basad en la justicia, en la verdad y en la creación de una verdadera cultura del encuentro”, para lo cual el Papa señala estas claves:
La Asamblea se cierra con la invitación a no tener miedo ante estos retos y que, con fe y esperanza, se pueden superar las dificultades y generar una cultura del encuentro que nos comprometa en la construcción de una nación reconciliada y en paz.
*************
Publica: Coordinación de Prensa y Comunicaciones Canal Cristovisión
Fuente: Conferencia Episcopal de Colombia