La Cámara de Diputados en México está impulsando una reforma que propone
legalizar la eutanasia en esa nación con el propósito de que los ciudadanos puedan
acceder voluntariamente a este procedimiento, en casos en los que los pacientes
sufran de una enfermedad terminal o atraviesen una condición médica
irreversible, que afecte su calidad de vida.
Ante este proyecto de ley, la Conferencia Episcopal de México rechazó la reforma,
indicando que la muerte no se puede tomar a la ligera, y afirma que nadie puede
autorizar el fallecimiento de un ser humano inocente, sea feto, niño, adulto,
anciano o inclusive un enfermo incurable o agonizante, enfatizando además que
este tipo de leyes son “homicidas y un efecto de violación de la ley divina, un
crimen contra la vida y un atentado contra la humanidad”.
De igual modo, informaron que ante la enfermedad y el dolor no puede venir la
inclinación de considerar la eutanasia como una opción nacida de la compasión,
asimismo, puntualizan que arrebatar la vida de otra persona más que un acto de
caridad es un gesto de abandono, por lo que la eutanasia según los prelados, es un
atentado contra la dignidad de cada persona.