Cristovisión Noticias conoció la historia de un grupo de religiosas franciscanas de María Inmaculada que sirven 400 platos calientes todos los días para los migrantes que quedaron a la deriva en el Urabá Antioqueño mientras esperan ingresar hacia Panamá por el paso del Darién.
La hermana Diana Patricia Sánchez Martínez, es una de las monjas que atiende a la comunidad migrante de Necoclí. Junto a la religiosa, las demás hermanas franciscanas de María Inmaculada se encargan de preparar y repartir alimentos, ayudar a personas enfermas, apoyar la logística migratoria de la Iglesia Católica en Apartadó y acompañar a niños que perdieron a sus familias en el camino.
Las hermanas se dividen las tareas, mientras unas pican verduras y sazonan carnes en la cocina, otras van a las playas de Necoclí a buscar a los migrantes con el fin de brindarles alimentos. Asimismo, muchos se acercan a ellas y abren sus corazones para contar sus realidades, de esa manera las religiosas descubren sus necesidades y empiezan a gestionar cómo pueden ayudar.