EL PAPA FRANCISCO SE REUNIÓ CON LA PASTORAL DE LA SALUD DE LA DIÓCESIS DE ROMA
Próximos a la Jornada Mundial del Enfermo, el Sumo Pontífice se reunió con representantes
del área médica de la oficina de la pastoral antes mencionada, para resaltar tres actitudes
que considera necesarias para llevar a cabo su labor, la cual desempeñan transformando el
sufrimiento con la cercanía al dolor ajeno, levantando la cabeza, flexionando las rodillas y
extendiendo los brazos.
Según el Papa Francisco la primera actitud que deben tener quienes trabajan en el sector
de la salud es hacerse cercano a los que sufren, mediante la escucha, el amor y la acogida,
teniendo en cuenta que, para ello, deben ver en el dolor del hermano una señal de
precedencia la cual los obliga a detenerse, experiencia que les ayuda a todos a
comprender el verdadero sentido de la vida el cual es el amor.
La segunda actitud es dar voz al sufrimiento de quienes no son escuchados en su
enfermedad, quienes carecen de apoyo económico y moral y quienes se encuentran solos,
pues son ellos quienes pueden experimentar una pérdida de fe, como suele suceder con
aquellos que padecen dolor crónico, por lo que el Santo Padre exhortó a retar a las
ciudades que sufren de la falta de humanidad para que acojan el grito de quienes padecen
dolor y no los dejen encerrados en una habitación, que por el contrario, los conviertan en
una parte de su interior, implicandose de forma personal.
Finalmente la tercera actitud habla de convertirse en fermento de caridad, que es lo mismo
que trabajar en red, lo que implica tener un estilo de gratuidad y reciprocidad, teniendo en
cuenta que todas las personas tienen necesidades y todo el mundo necesita recibir algo,
aunque tan solo sea una sonrisa, por lo que el Papa Francisco pide ser una red que libera,
que estrecha lazos y trabaja unida en la oración y la compasión, siguiendo el ejemplo de
quienes toman la iniciativa.
El Obispo de Roma resaltó que acompañar a los enfermos no es una labor fácil, por lo que
pidió que no se desanimen ante los obstáculos y miren los ojos de los hermanos y
hermanas que sufren y recuerden las palabras del buen samaritano, “cuida de él”.