ENTRONIZACIÓN DE LA IMAGEN DE LA DIVINA MISERICORDIA

“Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo Mismo la defenderé como Mi gloria.” (Diario, 47- 49)

¿Por qué entronizar la imagen de la Divina Misericordia?

Entronizar es colocar a alguien o a algo en un lugar especial pada darle todo poder y autoridad, así que lo que vamos a entronizar no es una simple imagen, sino la MISERICORDIA misma que de por sí, para un cristiano, debe reinar en el lugar más profundo de sí, en su ALMA.

“La entronización de la Imagen es un acto de compromiso total a este Rey de la Misericordia. Es un acto de confianza con que expresamos nuestro deseo de reconciliación, sanación y transformación”.

Entronizando la Divina Misericordia del Señor participamos de una gracia muy grande que imprime dignidad y curación a nuestros hogares, que rotos por el pecado o en la sequedad de la indiferencia, pueden estar alejados de la Misericordia de Dios. Pero exige un compromiso y es el de la oración constante: "ten misericordia de nosotros y de todo el mundo."

ORACIÓN DE ENTRONIZACION:

Padre celestial y Dios de la misericordia que haces nuestros corazones como el tuyo, ya no te buscamos en el lugar de los muertos, sino en la vida, porque tú eres el Señor de la Vida. Toma mi vida entera y la de mi familia, haznos misericordiosos como tú. Corrígenos con tu gracia y no desampares nuestro hogar. Libera nuestras almas del pecado y llevamos a comprometernos verdaderamente con las personas que tú nos has dado para amar. No permitas que seamos irresponsables con nuestros trabajos, acciones y compromisos de fe. Que la Misericordia nuestra empiece desde nuestro hogar y se extienda a quienes se encuentran con nosotros. Hoy te doy este lugar, tan especial en nuestra casa, este altar en mi lugar de trabajo, esta pared de mi habitación, pero no solo eso, yo te doy mi corazón, mi alma, todo mi ser para que tomes posesión de mi vida amado Jesús de la Misericordia y hagas de mí una persona capaz de perdonar, amar y servir; de levantar a mis hermanos como tú lo has hecho conmigo, hoy quero SERVIR, no ser servido, AMAR, no ser amado más que por ti mi amado y dulce Señor. Amén.

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