Orar es uno de los ejercicios más productivos y fructíferos que podemos hacer como creyentes, durante la oración la persona se une mental y anímicamente ante la presencia de Dios, de una divinidad, de un santo, etc… Un momento intimo en el que nuestras peticiones, sueños y expectativas son puestas con quien nosotros deseemos. Sin embargo, nuestros sueños, esperanzas, expectativas, problemas muchas veces pueden ser compartidas pues no estamos solos, somos seres sociales y nuestro núcleo más importante es la familia.
¿Por qué no orar en familia? ¿Por qué no pedir y agradecer en conjunto aquellas cosas que deseamos? Te compartimos en nuestro magazine Entre Amigos las poderosas razones para que decidas orar en compañía de tu familia: